LAS TACANITAS
El cerdo de apenas tres meses ahora convive con los vacunos, como un ternero más. Una situación que llama la atención de los criadores en el sur santiagueño.
SUMAMPA, Quebrachos (C) En el paraje Las Tacanitas, a unos 7 kilómetros de la ciudad de Sumampa, camino a San Juan, en el interior del departamento Quebrachos, la familia de Heraldo y María Rosa Oroná vive una situación muy particular: una de sus vacas adoptó como propio a un chanchito, al que amamanta con increíble paciencia. Incluso, el cerdito abandonó a los de su especie y ahora pasa los días mezclado entre toros y terneros.
Todo comenzó hace varios días, cuando los hijos del matrimonio, Diego (5) y Luis (12), advirtieron asombrados el insólito vínculo que había surgido entre “Marcelito” –como bautizaron al chanchito- y su madre adoptiva, “La Gringa”.
Ayer, EL LIBERAL pudo atestiguar el extraño lazo que une a estos dos animales. A unos metros de su vivienda, donde se encuentra la zona de bebederos, estaban los protagonistas de esta historia de cariño de una vaca que, al no poder amantar a su ternero, optó por adoptar a este chanchito de insaciable apetito.
Desde la espesura del monte apareció el chanchito blanco. Con sus pasitos cortos se entremezcló entre las vacas que estaban echadas a metros del bebedero, esperando ansiosas que sus dueños encendieran el grupo electrógeno para que la bomba empezara a tirar agua, antes de volver al monte y esperar la noche hasta el día siguiente.
Allí estaba “Marcelito”, que tiene unos tres meses de vida y que, paciente, espera que “La Gringa” se acerque a la zona de los corrales para alcanzar su ubre y empezar a amamantarse, tal como lo viene haciendo desde hace un mes, cuando al ternerito que había parido la vaca le colocaron una naricera para que no siguiera alimentándose de su madre y evitar que ésta pierda peso.
Sin embargo, los dueños no contaron con el oportunismo de “Marcelito” y del fuerte instinto maternal de la vaca. Ahora, el chanchito pasa los días correteando por el corral, a la espera de su “mamá” vaca, que al escuchar los ronquidos de su hijo adoptivo se detiene y lo espera para que busque sus ubres y se alimente de su leche.l
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